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Archivo de la etiqueta: el corte inglés

64.- GUARROS

ImagenEstaba yo paseando por el patio central de la Casa de las Conchas en Salamanca disfrutando de una pequeña exposición de varios fotógrafos noveles… ¿suena snob, verdad?

Pues es cierto, Estaba viendo la exposición de fotos porque estábamos de visita por allí, y entramos a ver el patio y nos la encontramos de casualidad. Eso no quita para que aprovechara la oportunidad y la viera y hasta me gustara alguna fotografía de las que vi.

Sin embargo, pasando junto a una escalera de caracol que estaba clausurada mediante una verja de hierro, me asomé por curiosidad y ahí sí que encontré la foto de la mañana. Es la de aquí arriba. Luego hice la segunda con un flash fuerte para que se viera bien lo que hay, y la pongo al final del texto.

Me quedé de piedra viendo lo guarros que podemos llegar a ser en general los seres humanos. Toda la primera planta que rodea al patio estaba llena de gente y es más fácil que hubiera algún desperdicio por el suelo. Pero el asomarme a una escalera cerrada, sin paso, y que hubiera papelotes, basura tirada en plan «voy a tirarlo por la escalera que no lo va a ver nadie» me fastidió bastante.

Habemus guarros, y cada vez más.

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P.S. Hoy he llevado la tablet por quinta vez a El Corte Inglés. También he puesto la segunda denuncia ante la oficina de consumo del Gobierno Vasco.

 
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Publicado por en 4 noviembre, 2013 en Sin categoría

 

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63.- EL CORTE INGLÉS (Y LA MADRE QUE LO PARIÓ)

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Otro mito que se nos cae. Así es la vida. Yo que pensaba que el único que podía tumbar mitos eran Montoro (de la Vega) y Weeeeeeeeeeeet (el ministro bala), y resulta que se caen por sí mismos.

Antecedentes: 13 de agosto. Víspera de mi cumpleaños me regala la txurri una tablet estupenda para hacer esas cosas que se hacen con una tablet. Probándola y probándola hasta que se bloquea y se reinicia sola. Uno puede pensar que sea un fallo de software o algo remediable. Sin embargo, como no me apetece reparar algo que es nuevo la llevo a la vuelta de las vacaciones. Volvimos el 14, el 15 era fiesta y después fin de semana… ¡¡Error!! Como en ese intervalo se habían pasado los 15 días desde que se compró, ya que ella la había comprado el 4 de agosto, me dicen que no hay posibilidad de devolución, que la enviarán al servicio técnico.

Me la devuelven un mes más tarde. Llego a mi casa, la enciendo y a los cinco minutos, de nuevo se bloquea y se reinicia. Ni la han tocado.

Vuelvo a llevarla y me dicen que quizá haciendo un “formateo duro” se resuelva el problema. Se la quedan durante diez días más. Me llaman para que pase a recogerla y la enciendo. Está restaurada a los valores de fábrica y me dicen que no lleve a reparar ningún aparato con las contraseñas metidas. (Tenía el facebook vinculado automáticamente a mi contraseña). Que restaure el aparato si algún día vuelvo a tener problemas. Ellos la han probado varios días y funciona bien.

Me la llevo con la esperanza de que funcione y esta vez me costó una hora que se me bloqueara y se reiniciara. ¡¡Vuelta la burra al trigo!!

La llevo por tercera vez. “¡Qué raro! Eso no es normal”, me dicen. Tampoco es normal traerla tres veces y que no me deis solución. Me dicen que la enviarán de nuevo al servicio técnico. Y así, en un déjà vu infinito, me vuelvo a casa a esperar tres semanas más.

Me llaman una vez más y paso a recogerla. Pregunto qué le han hecho a la tablet y la chica, muy simpática, no es capaz de decírmelo. “No pone nada en la nota”. “A lo mejor es que no le han hecho nada” le contesto y se ríe. A mí se me ríen las narices. Le digo que voy a probar la tablet hasta que saque chispas porque no me fío. Piensa mal y acertarás. Acerté. Se volvió a joder.

Fuimos a llevarla por cuarta vez y pedimos “audiencia” con el jefe de planta y con unas ganas terribles de montar el pollo hasta que vengan los seguratas. Le explicamos la historia y lo primero que dice es que por qué hemos restaurado la tablet. Le contesto que porque me lo aconsejó un compañero suyo. “¿Y cómo sé yo que no has instalado un software dañado o con virus?”. “Porque se me jodió a los cinco minutos otra vez”. Un cachondeo. Y así, debatimos durante media hora con un prepotente responsable que te trata con muchísima amabilidad pero mirándote desde su pedestal con cara de “haz lo que quieras pero no te vamos a devolver una tablet nueva”. Menos mal que nosotros, txurri y yo, le respondimos con nuestra cara de “dinos lo que quieras que la denuncia en el Departamento de Consumo de Gobierno Vasco la tienes adjudicada”. Para rematar la faena, nos dice el responsable de planta “…es que con la crisis hay mucha gente que abusa y trata de devolver productos rotos por ellos. Así que hemos tenido que cerrar el grifo.” Y luego una retahíla de chascarrillos acerca de uno que rompió la pantalla porque se apoyó en ella y la quería cambiar, que si otro venía después de año y medio con golpes en un portátil, etc. Vergogna!! (Como decía el papa en Lampedusa).

Y así fue como dejé mi tablet nueva por cuarta vez en dos meses y medio en El Corte Inglés y acto seguido me fui a poner la denuncia a consumo. Quedamos a la espera. Estoy pensándome batir el record de reclamaciones.

Así pues, los que recuerden esta coletilla que incluyen en todos sus anuncios, “Si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero”, que se vayan desengañando. Lo pone en los tickets de compra por la parte de atrás también. Da igual. Han cerrado el grifo; me lo han dicho. Se nos cae otro mito. ¿Buen servicio? Eso también se ha terminado.

 
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Publicado por en 23 octubre, 2013 en Mis cosas

 

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